Finalmente, la fuerza federal aplicó el “protocolo antipiquetes” en una marcha de jubilados, apoyados por la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) que reclamaban por «presunciones de corrupción» y denuncias por jubilaciones sin prestaciones en el PAMI.
La movilización se llevaba a cabo en la sede central del PAMI, ubicada en Corrientes al 655 de Capital Federal, donde ATE reclamaba por la «preocupante situación de los afiliados a la obra social de los jubilados» y la «realidad de los trabajadores con sueldos congelados y despidos injustificados«.
Lamentablemente, la marcha que reclamaba genuinamente, fue infiltrada por sectores de izquierda y organizaciones que nada tenían que ver con el reclamo.
El secretario general del gremio, Rodolfo Aguiar, había denunciado que «son más de 5 millones» los jubilados sin prestaciones médicas, agregando que se comprobaron «graves irregularidades» y que «no habría que descartar hechos de corrupción«.
«A pesar de estar prohibido, le están cobrando un plus de más de 50 mil pesos a todos los beneficiarios del país, desde para extender una receta hasta las prácticas de alta complejidad«, sostuvo Aguiar.
Sin embargo, todo terminó mal cuando elementos claramente identificados como pertenecientes a terceros, se mezclaron con los adultos mayores y los integrantes de ATE –que estaban individualizados con casacas verdes- con el objetivo de acompañar a los jubilados, y tornaron violenta la situación; hasta que la policía federal aplicó la norma para despejar la zona, cuando quisieron interrumpir el tránsito sobre la Av. Rivadavia.
Numerosas ambulancias del SAME debieron atender a los mayores que quedaron atrapados en la lucha callejera.