Anoche, un mensaje llegó a la redacción de 8Digital. Era la historia contada por Javier Ramírez y lo que había vivido junto su esposa Marta Carrizo, quienes viven el el distrito Cordón del Plata, Tupungato.
El relato comenzó con un agradecimiento a Dios por un hecho traumático y desesperante que esta pareja tuvo que vivir el pasado 12 de febrero con su hija de apenas 7 meses. La historia finalmente tuvo un final feliz gracias al accionar «heroico» de dos policías del lugar: Johana González y Diego Gerónimo.
Textualmente, el mensaje decía lo siguiente:
«Hola. Solo escribí esto para dar a conocer una linda historia que gracias a Dios tuvo un final feliz. Todo comenzó el día 12 de este mes, en un día tan especial nos tocó vivir el peor momento de nuestras vidas. Mi nombre es Javier y el de mí pareja es Marta. Junto a ella Dios nos dio el regalo precioso hace 7 meses de poder tener a mi hija Ángeles, fruto de nuestro amor. Todo comenzó esta fecha especial donde junto a mí pareja disfrutábamos del día junto a mis bellas hijas, hasta el momento iba todo bien, el día era espectacular. Ya estábamos por acostarnos cuando ocurrió la tragedia que nos marcará de por vida, al ver a Ángeles y desearle buenas noches nos damos cuenta que estaba sin signos de vida, no respiraba y estaba blanca como una hoja de papel. Desesperados y sin saber que hacer, la tomé en mis brazos y salí corriendo afuera pidiendo auxilio. Un vecino que nos escuchó rápidamente nos llevó en su auto hasta la salita del barrio del Cordón. Cuando bajamos vimos un móvil, a lo que creí que me estaban esperando o que alguien habría llamado a emergencias, pasó todo muy rápido. Entre los nervios y nuestra desesperación solo les estregue a mí nena a los policías. Les dije que no respiraba, que no sabía qué hacer. Fue cuando vi que comenzaron a reanimarla entre los dos, sin ninguna respuesta. Me decían que todo iba a estar bien, que nos subiéramos al móvil. Paralizados, hicimos caso. Entonces el policía que manejaba solo sé que puso la sirena y salimos rápidamente sin saber a dónde. Queríamos ayudar pero no sabíamos qué hacer. La chica policía sé que recostó en el poco espacio a mí bebé entre sus brazos y los dos pólicias nos decían que nos calmáramos, mientras vi que le presionaban varias veces el pecho y mí bebé aún no respiraba. Pasaron los minutos y llegando a un cruce, donde otro móvil estaba cortando la calle, Ángeles respiro profundamente, largaba mucha espuma por su boca, y fue cuando entendí todo. Aún nos encontrábamos paralizados. Cuando reaccionamos, ya estábamos en el hospital.. solo vi cómo colocaban mangueras y tubos a Ángeles. Fue todo muy rápido y mí esperanza creció cuando la vi respirar con normalidad. Tuvieron que hacerle varios estudios y estuvo internada, hasta que terminaron todos los análisis, como más de siete días. Fue una tragedia que jamás olvidaremos, doy gracias a Dios por poner en nuestro camino a estos dos policías que hicieron un milagro y que gracias a ellos no paso lo peor y tenemos a nuestra Ángeles con nosotros. Gracias a estos dos policías Diego y Johana, estamos eternamente agradecidos. Quería a dar a conocer este buen gesto que nos tocó vivir»
Javier Ramírez contó su historia y, sin dudas, es una historia para contar, porque se trata de una tragedia que terminó bien gracias al gran accionar de dos policías, dos simples servidores que le pusieron todo para rescatar a una bebé ante la desesperación de sus padres.
Más que merecido el reconocimiento para Johana y Diego, los dos «héroes» que en Cordón del Plata salvaron nada más y nada menos que una vida.