El Papa Francisco cumplió 10 años de pontificado. Entre sus prioridades, se destacan su llamado a “ir hacia las periferias” geográficas y existenciales con una Iglesia “en salida”, “pobre para los pobres”, que trabaje para erradicar la “cultura del descarte”.
Todos esos llamados, tienen un gran trabajo pastoral en Argentina, donde antes de ser elegido Pontífice, el entonces Cardenal Jorge Bergoglio, trabajó para desarrollar una pastoral en villas y barrios populares. Son lugares donde la pobreza, la violencia y las adicciones golpean más duro.
En declaraciones a Aci Prensa, el P. José María “Pepe” Di Paola, que pastorea la parroquia San Juan Bosco, en José León Suárez; y el P. Nicolás “Tano” Angelotti, párroco de San José, en La Matanza, ambas en la provincia de Buenos Aires, destacaron la importancia de la figura de Francisco en las villas y de su mensaje para el mundo de hoy.
El P. “Pepe” recordó “A nosotros nos tocó una época con grandes desafíos: la violencia, la droga atravesando la vida de los barrios populares, y no solamente pobreza sino marginalidad”.
El P. Jorge Mario Bergoglio fue nombrado Obispo Auxiliar de Buenos Aires en 1992 y asumió la dirección de la Arquidiócesis en 1998, a la muerte del entonces Arzobispo, Cardenal Antonio Quarracino.
Cuando en ese entonces, Mons. Jorge Bergoglio llegó a Buenos Aires, “sintonizó mucho con el equipo de curas de las villas, porque vio muchas cosas que para él son importantes: que el cura esté viviendo en el barrio, cerca del vecino, con cierta austeridad, que le dé el sacramento a todo el que se lo pida, que valore la religiosidad popular”, detalló el P. Di Paola.
Agregó que Mons. Bergoglio vio que en las villas “las tareas tienen como punto de origen la fe”, es decir que la Iglesia “se encarna en un lugar y da respuestas a los distintos desafíos”. Esto hizo que las villas “marcaran cierta preferencia para él”.
“Ahora, desde Roma, yo creo que él está transmitiendo eso que vio acá”, y agregó “está al tanto” de lo que sucede en las villas, señaló. En la actualidad, hay sacerdotes que trabajan en las periferias de toda Argentina, con base en los Hogares de Cristo. Es el dispositivo de lucha contra las adicciones, en cuya inauguración estuvo presente el Cardenal Bergoglio.
En 2022, Francisco envió un mensaje a los Hogares de Cristo. “Para los chicos es importante, porque ven que el Papa les está hablando a ellos”, expresó el P. Di Paola. Además, su cercanía les da visibilidad en el resto del mundo: “Desde Latinoamérica están mirando a los Hogares, porque es una propuesta simple, práctica y concreta”, afirmó.
Entre las enseñanzas de Francisco, el P. “Pepe” elige como imprescindible, el llamado a que la Iglesia sea “hospital de campaña donde nadie quede afuera”, con “una mirada más amplia” de los sacerdotes.
Otra expresión es la de “Iglesia en salida”, que “no se conforma con lo que tiene: tiene que atender a sus fieles, a su comunidad, pero siempre tiene que estar buscando al otro, ir aceptando los desafíos del momento”, indicó.
Otra prioridad es el trabajo, que es “uno de los ejes fundamentales para todos, para que la vida familiar se organice, para que la economía de la familia se fortalezca”, aseguró.
En lo concreto, el P. Angelotti reconoció que Francisco “apoyó todo el camino de la comunidad en su integralidad”. Ahora, “solo hacen falta las viviendas”.
Se trata de una comunidad “muy olvidada, que se puso de pie y pudo urbanizar o realizar la integración urbana, el Tierra-Techo-Trabajo, en escuelas, en clubes, salitas, capillas, hogares” aseguró.
“La iglesia tiene mucho para dar en comunidades organizadas desde la fe, y Francisco te abre la cancha. Cuando uno piensa que está haciendo todo, lo escucha hablar y va abriendo nuevos caminos” continúo Angelotti.
“Creo que como Iglesia y como país no tomamos dimensión de su mensaje, un mensaje programático para adelante, que permanentemente te pone en jaque, te incomoda, te exige abrir nuevos caminos”, concluyó.
Con información de AciPrensa