El corazón del Valle de Uco cumple sus 144 años.
Este 25 de noviembre, la comunidad de Tunuyán celebra su 144° aniversario. Este pintoresco municipio, ubicado en el cetro de la región y rodeado por los departamentos de San Carlos y Tupungato, es un emblema de la Provincia de Mendoza, por su paisaje, viñedos, bodegas, gastronomía, cultura y más.
En el marco de los festejos, a las 00 de este lunes en el Parque La Estación, la comunidad se unió en el canto del feliz cumpleaños para celebrar otro año de historia al «Corazón del Valle de Uco».
Hoy todos los vecinos están de fiesta, en cada distrito que van desde Los Árboles hasta Campo los Andes.
Historia
Una versión sostiene que el nombre de Tunuyán se debería a características geológicas de la zona del Valle de Uco, muy proclive a movimientos sísmicos. En lengua araucana, “tunuyán” significaría “tierra que se mueve”. Esa versión perteneció a Jorge I. Segura y fue extraída de una conferencia que brindó ante la Asociación Cultural de Tunuyán el 28 de noviembre de 1954.
Mientras otras argumentaciones, perteneciente a los estudios del antropólogo Salvador Canals Frau (1893 – 1958), determinan que el nombre estaría vinculado con la existencia de un cacique llamado “Tunuyá”, el jefe de la región a fines del siglo XVI. Probablemente ese “Tunuyá” sea el cacique que monseñor Pablo Cabrera (1857 – 1936) mucho tiempo antes, en su libro “Los aborígenes del país de Cuyo” (1929), denominó Sumac, que era el mandamás de la zona que llamaban: “Tunián”. Esta versión podría sostenerse sobre una posición que tiempo antes había esgrimido el jesuita Diego de Rosales.
En consonancia; “Tuni” (implicaría: llegar o caer) y se complementa con “An” (espíritu). Los tunuyanes creían en la vida después de la muerte. Por lo cual consagraban todas sus acciones procurando llegar al más allá. Vivian en el marco de una cosmovisión con un amplio sentido espiritual. Las bondades de la zona (sobre todo el río) les daba ciertos beneficios que les ayudaría a sobrevivir tras la muerte para poder llegar a lo alto de la montaña donde vivían sus dioses. El principal dios era “Nahuel Butá” (el tigre grande), quien como juez supremo desde la cima de la montaña evaluaría las acciones de hombres y mujeres en la vida terrenal. Por lo cual Tunián no sería un cacique, sino un lugar. Serían “los de Tunían”. Infiriendo un gentilicio: “los tunuyanes”.
Historia: MDZ.