Es obvio que Cristina ordenó voltear la media sanción de Diputados, y a esta tarea están abocados Di Tullio, Fernández Sagasti y Mayans.
De hecho, el kirchnerismo está a tan sólo 4 votos del quórum propio en la cámara alta. Y el oficialismo, necesita lograr la adhesión de 39 miembros, para competir contra los 33 senadores de Unión por la Patria, sobre los 72 totales.
Habrá que saber si se producirá en las filas del kirchnerismo lo que les pasó en Diputados, donde algunos de los suyos acompañaron al oficialismo en algunos tramos de la votación; en especial en el Régimen Impositivo de Grandes Inversiones (RIGI). A pesar de todo, en UP entienden que no se les van a filtrar los votos de los salteños como pasó en la Cámara Baja.
El kirchnerismo entiende que cierra filas internamente. De todos modos, todavía no le alcanza: necesita de los aliados circunstanciales y ahí aparecen Juntos Somos Río Negro (1 senador), Cambio Federal (4), Unidad Federal (3), Por Santa Cruz (2) y el Frente Renovador de la Concordia (2). En esa pecera de 12 votos es donde tiene que conseguir los 4 que le aseguren, como mínimo, cambios en el texto de las leyes que ya tienen media sanción. Y aún hay dudas con el bloque de la UCR.
“Río Negro está perdido, Santa Cruz no está claro todavía. Por Unidad Federal entendemos que Alejandra Vigo apoya y no sabemos qué van a hacer Carlos Espínola y Edgardo Kuider, pero creemos que no acompañan la ley. Por el Frente Renovador de la Concordia también persisten las dudas porque, por ejemplo, en la sesión del DNU se abstuvieron”, explicaron desde el bloque de UP.
Otro punto que aún queda por resolver es qué posición tomará la bancada de la UCR, que con 13 legisladores es la segunda en importancia pero se muestra con bastantes disidencias internas que ya quedaron a la luz en la votación que rechazó el DNU 70/23. En ese momento, 10 votaron a favor, 2 en contra y hubo 1 abstención. El presidente del partido, Martín Lousteau, y el vice del bloque, Pablo Blanco, fueron los que se opusieron.
Un punto a resolver es Ganancias. La presencia de senadores patagónicos en la Cámara Alta es importante, porque saben que en sus distritos reside buena parte del millón de trabajadores que -de aprobarse- volverán a pagar el impuesto.
“Ganancias es una moneda de cambio, claramente. Los patagónicos no quieren saber nada con la vuelta del impuesto y mucho menos con estos valores, por lo que ahí hay votos para negociar”, reconoció un referente parlamentario del kirchnerismo.
Aún faltan muchos votos por definirse, pero crece con fuerza la posibilidad de una aprobación que incluya modificaciones.
Eso significaría que ambos proyectos deberían volver a Diputados y todo el proceso debería reiniciarse.