El tremendo episodio se registró en San Juan, cuando Milagros Rivero Gutiérrez, de 10 años, fue alcanzada por un disparo efectuado por el novio de su madre mientras jugaba en la vereda de su casa. La menor, que hasta minutos antes disfrutaba de una de las festividades más esperada por los niños, murió antes de ser trasladada al hospital.
Todo ocurrió alrededor de las 2.20 de la mañana de hoy, en el barrio Constitución de la capital sanjuanina. Allí, Leonardo Ezequiel Tello había estado «festejando» con disparos lo que debería haber sido una noche de paz, hasta que surgió un conflicto con su pareja.
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“En el momento de la aprehensión, encontramos el arma oculta, escondida. Fue muy difícil encontrarla, costó mucho, pero finalmente pudimos dar con ella”, destacó el fiscal Francisco Micheltorena, dejando en claro que el acusado había intentado desligarse del crimen.
Según el jefe de la Policía de San Juan, Néstor Álvarez, el homicidio se produjo cuando Tello, tras un conflicto con su pareja, comenzó a disparar al aire en el interior de la vivienda, sin percatarse de la presencia de la niña.
En la escena de la muerte de Milagros se hallaron más de 20 vainas de proyectiles. Incluso hubo testigos que afirmaron que dos días antes se le habían escapado dos tiros dentro de una peluquería.
El acusado tiene antecedentes frondosos: sus primeras causas penales datan del 2008 y acumula acusaciones por robo, daños, lesiones, resistencia a la autoridad y amenazas, entre otras. En 2019, tras una detención por tentativa de hurto, fue condenado tras un juicio abreviado. Su último proceso fue en 2021.
Según consignó la prensa local, pesaban sobre Tello dos pedidos de captura por infracciones al Código de Faltas. Ahora, tras su violenta y descontrolada celebración de la Navidad, al hombre que mató a su hijastra le esperan unos cuantos años en la cárcel.