Durante las últimas semanas, Mendoza se ha mostrado expectante ante el proyecto de reforma de la Ley 7722; que fue sancionada el 21 de junio de 2007 basada en la prohibición del uso de sustancias químicas como cianuro, mercurio, ácido sulfúrico, y otras sustancias tóxicas similares en los procesos mineros metalíferos de cateo, prospección, explotación y/o industrialización de minerales metalíferos obtenidos a través de cualquier método de extracción.
En ese entonces, fue sancionada en el marco de una enorme movilización popular, en un enfrentamiento con empresas mineras y sectores políticos por intentar derogarla.
Hoy nuevamente la discusión ha vuelto a ganar su espacio.
Tanto en el Valle de Uco, como en la provincia en su totalidad, y desde todos los sectores; ha recorrido calles y ha tomado espacios. En un sentido para demostrar el apoyo a la ley, y en otro, por la defensa a uno de los recursos más importantes: el agua.
Tras su asunción, el nuevo gobernador Rodolfo Suarez, tomó su primera medida y envió a la Legislatura el proyecto de modificación de la Ley 7722, tomando como eje el desarrollo de la minería, con posturas a favor y en contra.
La semana transcurrió con buenas novedades para quienes apoyan la reforma, y así, en el día de ayer se convirtió en un hecho con el voto de 36 diputados a favor, 11 en contra y una abstención. La iniciativa finalmente contó con un amplio respaldo en la Cámara Baja. Luego de que el oficialismo aceptara los cambios propuestos por el PJ, las comisiones terminaron de definir el texto que llegó al recinto, y finalmente en la tarde del viernes se convirtió en Ley la modificación de la 7722.
Entendemos que se trata de un tema sensible para nuestra sociedad, que protege los recursos naturales y proyecta un futuro con agua pura, y suelo limpio. Así, se hizo visible a través de las diversas medidas que movilizaron a los ciudadanos, a través de las redes e incluso en las calles con cortes de ruta, acampes, camionetazos, banderas, marchas y dejando clara la postura que defiende sus ideas bajo, “El Agua de Mendoza no se negocia”.
Somos conscientes que muchas personas querrían que sólo mostremos el reclamo de los muchos vecinos autoconvocados. Sin embargo, hacer eso, también implicaría parcialidad. Y como medio, nos debemos a una visión global del problema comunicando los hechos. Lo que ocurre del lado de un lado y del otro. Lo que dice una cara, y lo que dice la otra. Y, si lo hay, el vínculo entre ambas.
No obstante, el accionar de los medios de comunicación siempre está en tela de juicio. Al menos, ocurre con el nuestro.
Las plataformas que dependen de Canal 8, Radio 2 y 8 Digital han mantenido en este tema, como lo ha hecho siempre en todos los temas; una inflexible posición de realidad. Los hechos, son los hechos. Y esto es independiente de quien los produzca.
No somos ajenos a quienes nos reclaman a nosotros, por su frustración ante el resultado adverso de sus intereses. Pero, eso no implica que nosotros seamos los responsables. Después de todo, no podemos menos que notar que los mensajes denostantes y agresiones en redes, no están dirigidas a los verdaderos causantes de la discusión, es decir legisladores, gobernantes y dirigentes en general.
De hecho, esta división de opiniones surgida primero del tratamiento – y luego de la ahora modificada ley -, ha generado un quiebre incluso dentro del mismo pueblo. Entre sus mismas filas. No están felices los que protestan en un corte de rutas. Pero tampoco los que padecen el corte. Tampoco lo están las fuerzas de seguridad, con horas recargadas, guardias, etc. Y, seguramente, mucho menos los dirigentes políticos.
Lo único que es cierto, es que un micrófono, un grabador, o una cámara no dañan. Tampoco quienes los empuñan. El daño lo produce la barbarie. Y estamos a un paso.
Cuando se ataca a los medios de comunicación, a los periodistas, se entra en un terreno peligroso. El mensaje no deja de existir, porque matemos al mensajero.
En este sentido, solo esperamos que la reflexión y la razón primen por sobre los intereses mezquinos de uno u otro lado.
Canal 8 y sus plataformas, continuará trabajando para que esto ocurra.
Después de todo, estamos del mismo lado. El de la gente.