Parece una película pero ocurrió esta tarde, aproximadamente a las 16:30 hs, en Maipú.
Una jubilada domiciliada en el barrio 8 de Mayo fue atacada por dos malvivientes que se movilizaban en una moto Zanella roja, mientras estaba con su hija menor en zona de calles Laprida y Videla Aranda.
Según precisó El Sol, los sujetos tenían el casco puesto y el que se encontraba en el sector del acompañante bajó y le pegó a la jubilada con un palo de unos 35 centímetros en su mano izquierda, provocándole una lesión entre los dos dedos pulgar e índice, para quitarle un celular Samsung J7.
Cuando se estaba perpetrando el asalto, los ocupantes de una camioneta se percataron y les gritaron «qué hacés hijo de puta»; ante lo cual el asaltante se subió rápidamente a la moto y escapó con su cómplice por calle Aranda hacia el Este.
Tras esto, la camioneta comenzó a seguir a los ladrones, a lo que se sumó un Ford Falcon verde cuyo conductor consultó a la víctima si se encontraba bien, tras lo cual también salió en búsqueda de los delincuentes.
Mientras, el 911 ya había sido alertado sobre el caso y una movilidad llegó al lugar, y mientras los efectivos se encontraban entrevistando a la mujer, el Falcon retornó y el conductor contó que los ladrones se habían caído y que la moto se encontraba en calle Pescara.
Los policías llegaron hasta esa zona y dieron con la moto. La misma se encontraba como estacionada con pata colocada en una de las orillas de la calzada, con signos de haber sufrido un siniestro. Muy cerca del rodado había una mochila y una zapatilla blanca con cordón violeta.
Un testigo aportó a los policías que los sujetos que circulaban en la Zanella habían sido “encerrados” por el conductor de una camioneta negra, versión que coincidía con la persona que había visto el asalto y salió en persecución y así fueron armando el rompecabezas de la historia.
De acuerdo con la reconstrucción, una vez que cayeron, los hombres que iban en la camioneta y en el Ford intentaron capturar a los sujetos, pero escaparon corriendo por el interior de una finca. Estas personas se transformaron en testigos y revelaron que los asaltantes tenían ropas oscuras.
Pasaron unos minutos y cuatro sujetos llegaron hasta el lugar y manifestaron que la moto les pertenecía. A uno de ellos le faltaba una zapatilla. Se trataba del mismo tipo de calzado que habían encontrado en la zona minutos antes, por lo que policías decidieron aprehenderlo.
Ante esto, el resto se dio a la fuga corriendo. Un rato después se presentó otro sujeto diciendo ser el propietario de la moto y que la había vendido hacía dos semanas.
En ese momento el lugar comenzó a llenarse de curiosos y por eso los uniformados solicitaron refuerzos ante posibles agresiones. En cuestión de minutos, en la escena había movilidades de la UEP, Tropero Sosa, Décima y Barrancas, generando que todos los presentes se alejaran de la zona.
Con el panorama más tranquilo, los efectivos cargaron la moto y se llevaron a los dos aprehendidos y otros elementos de importancia para la causa.