La norma se originó tras el caso de Agustina Tramontana, una moza de apenas 20 años, que fue acosada durante toda una noche por dos borrachos que bebían en un local de la calle Arístides Villanueva de Ciudad. Después la golpearon de tal forma que le desfiguraron la cara.
La legisladora Adriana Cano (PJ), quien se reunió con Agustina y escuchó de la propia voz de la chica cómo los trabajadores y trabajadoras gastronómicos sufren maltratos y acosos con frecuencia por parte de los clientes.
«La norma consiste en el agravamiento del artículo 83 del Código de Contravenciones de Mendoza, vinculado al acoso sexual callejero«, contó Cano.
De aprobarse la ley en Diputados, habrá aumento de las multas y las sanciones con trabajo comunitario cuando ese tipo de agresiones se den en restaurantes, bares y otros espacios de comida.
La medida incrementaría el doble o incluso el triple de las multas; y en el caso del trabajo comunitario se pasaría de un lapso entre 8 y 20 días a afrontar penas de entre 15 y 30 días.
Por otra parte, obligaría a todos los condenados por acoso y violencia a realizar tratamiento psicológico-psiquiátrico para abordar estos desbordes.
En su momento, Cano explicó que el proyecto tiene una parte punitiva y la otra preventiva, que consiste en que los menús que ofrezcan los locales deben llevar un cartel que diga: «El acoso sexual a empleados y empleadas del local es una contravención, respete al personal y evite ser denunciado«.