Fue en los pasillos de tribunales, en una audiencia judicial que resultó escandalosa, con interrupciones y chicanas de ambas partes y reproches a los jueces.
La audiencia fue en la Cámara Federal, en la que el Gobierno pidió revertir la orden del juez Sebastián Casanello para que Capital Humano entregue un plan de distribución de alimentos y la mañana fue una verdadera batalla campal. Gianni interrumpió por lo menos cuatro veces a Grabois, mientras él la insultaba frente a los jueces. El dirigente social, a su vez, increpó a los magistrados por no detenerla y la audiencia casi se suspende.
Leila Gianni y Juan Grabois se cruzaron afuera de la sala, en un pasillo del edificio de los tribunales de Comodoro Py 2002. Al grito de “chorro”, “cuca” y “chancho”, el episodio casi termina con violencia física. Mientras que Grabois avanzó sobre Ariel Romano, abogado del ministerio de Capital Humano, Gianni, luego de retirarse, volvió y quiso empujar a Grabois.
“Dejá de usar el nombre de Dios en vano”, dijo Gianni ni bien cruzó la puerta de la sala de audiencias. Grabois le contestó recordándole su zigzagueante pasado político: “Estuviste con Alberto [Fernández], [Mauricio] Macri, Cristina [Kirchner]. La ladrona sos vos y como abogada, sos berreta”. Y siguió: “Tenés un pingüino tatuado y un león en la remera. Cuca ladrona”. La remera de Gianni, en efecto, era negra y tenía estampado en blanco el dibujo de un león.
Ella le contestó: “Al pingüino se lo comió el león”. Le dijo además: “Dejá de extorsionar gente mandándolos a los actos por una bolsa de comida. Tarado”.
Encabezaron la audiencia los camaristas Martín Irurzun, Eduardo Farah y Roberto Boico.
Gianni, junto a Romano, expusieron primero. Antes de que se cumplieran los 30 segundos, los jueces debieron solicitarle a la abogada de Capital Humano que se limitara a la fundamentación de la apelación, ya que comenzó a hacer una exposición sobre el “cambio de paradigma” que promueve el Gobierno en materia de política alimentaria. Inmediatamente fue interrumpida.
La funcionaria apuntó contra Casanello y, frente a los magistrados, dijo que el Gobierno no permitirá que “ningún juez” se entrometa en la política pública. Dijo que Casanello se excedió de sus funciones y que, en todo caso, la cuestión sobre los alimentos en depósitos podría correr en el fuero contencioso administrativo, pero nunca en el penal. Ella y Romano insistieron, también, en que no hay delito en los hechos investigados porque la comida no estaba vencida.
Grabois, por su parte, apuntó contra la gestión de Pettovello y, con una presentación con láminas grandes, buscó evidenciar lo que a su entender es un camino de contradicciones en el discurso oficial sobre los alimentos en los depósitos. Durante su exposición, apuntó contra Gianni y fue interrumpido numerosas veces por la parte apelante.
El tribunal intentó poner orden dando indicaciones a ambas partes. Grabois increpó los magistrados. Al cruzarse con Gianni, que estaba detrás suyo, el Irurzun dijo: “Grabois, le pido un favor…”. “¡No! Yo le pido un favor primero. ¿Vale interrumpir al otro?”, lanzó. Al no recibir una respuesta a su entender satisfactoria por parte de Irurzun, se dirigió a Farah, y luego a Boico con la misma pregunta.
Los jueces también le solicitaron a Gianni que se abstuviera de hacer comentarios y amenazaron con dar por terminada la audiencia.