Pese a la gestión del equipo legal del club, no se logró la excarcelación de las jugadores detenidas, quienes debieron pasar la Nochebuena en la Penitenciaria Femenina de Sant’Ana, en San Pablo, acusadas de un delito grave para la legislación brasileña.
El incidente, ocurrido el viernes en el estadio Canindé de San Pablo, derivó en la suspensión del encuentro que disputaban contra Gremio por la Ladies Cup, la eliminación del equipo argentino del torneo y una sanción que impide su participación en futuras ediciones por dos años.
Se trata de Candela Díaz, Camila Duarte, Juana Cangaro y Milagros Diaz quienes fueron acusadas de realizar gestos racistas durante un partido ante Gremio.
Díaz enfrenta la situación más complicada entre las detenidas debido a la evidencia en video que la muestra haciendo un gesto racista durante el partido.
La defensa legal de las jugadoras está liderada por la abogada brasileña Thaís Sankari, quien ha presentado un recurso de hábeas corpus para lograr su liberación, que fue rechazo por la Justicia brasileña, que ha mostrado una postura firme debido a la “falta de vínculos” de las deportistas con Brasil, lo que complica el proceso. Por el momento, permanecen incomunicadas en una unidad penitenciaria de San Pablo.
Desde River Plate, se ha enviado un equipo legal para asistir a las futbolistas y se mantiene contacto permanente con sus familias. El club también ha emitido un comunicado en el que repudia los actos de racismo y anuncia futuras sanciones para las involucradas, una vez que se resuelva su situación judicial.
Las acusadas podían recibir una pena de entre dos a cinco años de prisión, que puede llegar a ser duplicada si se considera que se cometió por dos o más personas de manera conjunta (está contemplado que esto se aplique también a partidos de fútbol, entre otros eventos deportivos, culturales y religiosos).