El Pontífice concedió una extensa entrevista al Canal 5 de Noticias de Argentina (C5N), con motivo de sus diez años de Pontificado el 30 de marzo. Francisco invitó a los políticos, a cuestionarse cuál es la historia política de cada persona, la identidad, la pertenencia. El Papa destacó que la política es un servicio, una vocación de nobleza, y cuestionó el internismo: “hay identidades que las tienes o no las tienes», y aclaró que «la pertenencia política o religiosa no es un vestido, un traje o un zapato que se cambia de un día para el otro».
Afrontó una gran variedad de temas, desde los recuerdos de su elección en 2013 hasta su opinión sobre la instrumentalización de la Justicia, citando los bullados casos brasileños de Lula da Silva y Dilma Rousseff.
Además, este domingo, tras rezar la oración de Regina Caeli, el Papa Francisco volvió a pedir por la paz, especialmente en la “martirizada Ucrania”. “En este mes de mayo recemos el Rosario, pidiendo a la Santísima Virgen el don de la paz, especialmente para la atormentada Ucrania” expresó. Y pidió que “que los gobernantes de las naciones escuchen el deseo de los pueblos que sufren y quieren la paz”.
En una amplia entrevista con el periodista Gustavo Sylvestre del Canal 5 de Noticias de Argentina (C5N), emitida el pasado 30 de marzo, el Papa Francisco habló de distintos temas: la guerra en Ucrania, la búsqueda de la paz, la política en Argentina, el avance de la ultraderecha, el valor del patriotismo, el odio en la sociedad, la instrumentalización de la Justicia, entre otros.
En el contexto de sus diez años de Pontificado, el Santo Padre también ahondó en sus comentarios sobre asuntos relativos a la Argentina.
Las luchas internas
Sylvestre preguntó al Pontífice sobre sus dichos en la Audiencia General del 15 de marzo, cuando agradeció que líderes políticos del oficialismo y la oposición de Argentina se hubiesen unido para firmar una carta de saludo y, además, los exhortó a unirse siempre para hablar, discutir y llevar la Patria adelante.
Francisco manifestó que a todos les encantan las [luchas] internas de otros, es decir, armar una polémica sobre cualquier cosa. Agregó que “nuestro internismo es dañoso, es más fuerte que las pertenencias, destruye la filiación política. Se hacen diversos partidos que no tienen fuerza política de convocatoria”, aseveró.
El Sucesor de Pedro ilustró con un relato sus reflexiones respecto al “internismo”, a aquellas disputas que se dan al interior de la vida política y social.
En este sentido, el Papa subrayó que “la política es el arte de presentar un proyecto y convencer al otro” y destacó la necesidad de tener “políticos de raza”. En efecto, lamentó que a veces se va perdiendo lo que es esa raza política, que es un servicio y no una fracción electoralista. La política es un servicio, es vocación de nobleza, vocación a la patria.
Puntualizó que llegan a dar vergüenza los líderes que ya han tenido cuatro “divorcios políticos” y que se presentan como “salvadores de la Patria”. Acotó que “hay identidades que las tienes o no las tienes”, y aclaró que la pertenencia política o religiosa no es un vestido, un traje o un zapato que se cambia de un día para el otro, sino “es una pasión, la llevas adentro”.
Francisco invitó a cada uno a cuestionarse cuál es la historia política de cada persona, la identidad, la pertenencia.
“La ultraderecha siempre es centrípeta”
En cuanto al avance de la ultraderecha en diversos países, Francisco reconoció su preocupación por este fenómeno y sostuvo que “la ultraderecha se recompone, es curioso, se recompone siempre, es centrípeta, no es centrífuga, no crea hacia afuera posibilidades de reforma”. Y al ser interrogado por el antídoto para la ultraderecha, el Pontífice argentino sugirió la justicia social. “No hay otra”, insistió el Papa.
“Si quieres discutir con un político, pensador de ultraderecha, habla de justicia social, habla en horizontal”, aconsejó.
En relación con el lawfare, o sea, la instrumentalización de la Justicia, el Santo Padre consideró que esta manipulación “empieza a través de los medios de comunicación, que descalifican y meten sospecha de un delito. Se hacen esos sumarios grandísimos, y para condenar basta el volumen de ese sumario, aunque no se encuentra el delito”, recalcó.
El Pontífice aludió concretamente a los bullados casos que en Brasil afectaron a los presidentes Luiz Inácio “Lula” da Silva y Dilma Rousseff. Lula da Silva, tras su segundo mandato presidencial, estuvo 19 meses en la cárcel acusado de corrupción, mismos cargos que el Congreso Nacional usó para destituir a Rousseff en 2016, a quien el Papa calificó de “mujer de manos limpias, excelente mujer”.
Frente a estos casos, consideró que “hay que alzar la voz”, “hay que decir acá hay una irregularidad”, y “los políticos tienen esa misión de desenmascarar una justicia que no es justa”.
Además, entre otros temas habló sobre la popularidad de las Iglesias evangélicas en América Latina, los pecados del periodismo; su vínculo con los privados de libertad, su visión sobre la mujer y su creciente participación en la sociedad.

Fuente: Vaticannews.