Luego de asesinar a Germán Medina en la peluquería Verdini de Recoleta, Abel Guzmán corrió para tomar su mochila y luego escapó por la ventana. La secuencia, al igual que el crimen, quedó registrado por una de las cámaras de seguridad del local. Pasaron más de tres días y la Justicia aún no pudo encontrarlo.
Se lo buscó en la casa de su madre: una propiedad ubicada en la calle Agrelo al 1600, en el partido bonaerense de Merlo. La información, aportada por los testigos, era que Guzmán pasaba los fines de semana allí, pero en la requisa policial no estaba.
La familia de la víctima lleva varios días insistiendo en un dato que aportó el propio Medina en una charla informal con Marina, su hermana.
A ella le comentó que Guzmán es oriundo de Santiago del Estero y que cada tanto viajaba allí para supervisar la obra de una casa que está construyendo. Por estas horas, la familia teme que esté allí o al menos haya pasado por ese lugar para luego continuar su fuga.
La Policía de la Ciudad de Buenos Aires también allanó una serie de sitios que Guzmán frecuentaba en el barrio de Once, sobre todo los fines de semana. El resultado de dicho operativo no fue exitoso.