El mandatario decretó que la temporada navideña inicie el 1 de octubre y se extienda hasta el 15 de enero, apenas unos días después de su asunción presidencial para un tercer mandato, previsto para el 10 de enero.
Este período festivo, según Nicolás Maduro, debe caracterizarse por la «celebración y la felicidad permanente«, en un intento por proyectar una imagen de estabilidad en medio de la crisis política que atraviesa Venezuela.
Ante el disparate de Maduro, la Conferencia Episcopal Venezolana recordó que, en la liturgia católica, la Navidad se celebra el 25 de diciembre. Pero Maduro respondió en su programa semanal de televisión: «Jesucristo le pertenece al pueblo, y las Navidades son del pueblo«. En esa misma emisión, el mandatario invitó a músicos y artistas, tanto nacionales como internacionales, a ocupar los espacios públicos para «llenarlos de alegría«.