Será desde mañana.
En medio de una fuerte caída de ventas, la nafta y el gasoil sufrirán un incremento de, aproximadamente, un 3% a partir del 1° de agosto.
Esta suba incluye el traslado al precio final de la devaluación mensual del peso frente al dólar oficial, del 2%, y una actualización de sólo el 1% en el impuesto a los combustibles líquidos.
De esta manera, la decisión de la gestión libertaria es aplicar sólo una pequeña suba del tributo, con el fin de no aumentar la presión sobre el costo de vida.
Se trata de un número muy por debajo de los últimos incrementos del orden del 4% al 7% de los últimos meses que ya reflejaban un atraso respecto a la evolución de otras variables de costos, impuestos e inflación.
Al igual que con las tarifas de luz y gas, el Gobierno decidió empezar a atrasar el precio de los combustibles para priorizar la desaceleración inflacionaria.