El boxeador profesional mendocino Juan Carrasco podrá combatir el sábado sin la tobillera electrónica que le fue colocada por orden judicial por estar condenado por asesinato pero habilitado, también por la Justicia, a purgar la pena a 10 años y 8 meses de cárcel en su casa.
El 4 de octubre la jueza Érica Sánchez dispuso la domiciliaria y, además habilitó que a Carrasco se le retire la tobillera para la conferencia de prensa y la ceremonia del pesaje, en la previa del combate con el ruso Zaur Abdullaev.
El día del combate le será quitada a las 19 y se la recolocarán a la 1 del domingo.
Iban a enfrentarse en el exterior, pero el combate debió ser organizado para este sábado en el Estadio Aconcagua Arena, de Mendoza, porque Carrasco tiene prohibido salir del país. El mendocino perdió en los últimos años otras chances de boxear afuera, como representar al país en Juegos Olímpicos.
La semana pasada, la Suprema Corte confirmó la condena impuesta a Carrasco hace 10 años por el asesinato de Daniel Ahumada, ocurrido en 2011.
Fue la tercera vez que el fallo queda firme, pero Carrasco nunca pisó la cárcel. La primera confirmación judicial data de 2016 en la Corte local. La segunda, en 2022, en la Corte de la Nación.
La sentencia condenatoria fue confirmada tres veces entre 2016 y la semana pasada. Sin embargo, siempre estuvo libre. Recién desde agosto último vive con tobillera electrónica y reporta su ubicación mediante las videollamadas que recibe desde el Poder Judicial.
Difícilmente alguien más pueda acceder a semejante privilegio de estar condenado pero en la calle. O preso en la casa tantos años después de ser sentenciado por un crimen.