Empataban 1 a 1, pero a los 7’ del 2T, Nazareno Arasa resolvió suspender el encuentro por los graves incidentes protagonizados por la barra tombina.
Los hinchas de Godoy Cruz consiguieron lo que se proponían, y es que todo terminara mal. Algunos observadores creen que, de fondo, está la interna de la barrabrava.
En esta oportunidad, arrojaron proyectiles al campo de juego cuando se jugaban 37 minutos de la primera parte del partido ante San Lorenzo, generando la suspensión.
Efectivamente, la jornada fue interrumpida a los 7 minutos del segundo tiempo al no estar garantizada la seguridad.
Lo que parecía un partidazo en la previa se vio empañado completamente por los hechos de violencia en las tribunas, lo que dañó el ritmo de juego por completo, y obligó a la postergación del juego ni bien iniciaba la segunda etapa. El juego debió disputarse con un ojo en el campo de juego y otro en la tribuna Popular local, ya que desde un inicio fue claro que la intención por parte de un pequeño sector de público era de imponer y suspender a toda costa el espectáculo.
En medio de la problemática se intentó disputar un partido, que dentro de lo que poco que pudo colarse en medio de jornada plagada de incidente contó con grandes emociones.
En cuanto a lo jugado, abrió la cuenta Nahuel Ulariaga al finalizar de gran manera una pelota parada y con la desventaja es que se vio lo mejor de San Lorenzo. Adam Bareiro convirtió aunque vio su tanto ser anulado de polémica manera y recién se recompondrían las tablas con la gran aparición de Agustín Giay, que picó como un centrodelantero y marcó el 1-1 en lo que sería la última jugada de la primera etapa.