Trabajaba en el sector de seguridad extrema.
Un agente penitenciario que se desempeñaba en uno de los sectores de alta seguridad del penal San Felipe, fue sorprendido intentando ingresar a la cárcel un kilo de marihuana, cocaína, LSD y más de 10 teléfonos celulares.
Por su accionar, ya habían sospechas por lo que las autoridades seguían de cerca sus movimientos. Cumplía tareas en su cargo, desde hace poco tiempo.
Fue así que una requisa le hallaron ladrillos de marihuana prensada, con un peso de aproximadamente 1,400 kilogramos; 16 troqueles de LSD, algunos ravioles de cocaína, once celulares y varios cargadores y auriculares.
En el lugar también trabajó personal de la Policía Contra el Narcotráfico (PCN), que practicó los reactivos correspondientes sobre las sustancias halladas y efectivizó el secuestro de todo el material.