Argentina fue el único país del G20 que no apoyó una declaración sobre igualdad de género y empoderamiento de las mujeres que firmaron en Río de Janeiro ministras y funcionarios de las naciones del bloque, que reúne a las economías más grandes de la Tierra y otras de ingresos medios.
La posición de los enviados de Milei confronta con todo el G20, países que representan el 85% del PIB mundial, más del 75% del comercio mundial y alrededor de dos tercios de la población mundial. Forman parte de ese bloque Alemania, Arabia Saudita -que suele tener reproches por el trato que reciben las mujeres-, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Rusia, Reino Unido, Sudáfrica y Turquía y dos bloques: la Unión Europea y la Unión Africana.
La decisión de no adherir a la declaración abrió un nuevo foco de conflicto del gobierno de Javier Milei y el de Luiz Inacio Lula Da Silva, que es anfitrión de la próxima reunión de presidentes, que se llevará a cabo en la Cidade Maravilhosa el 18 y 19 de noviembre.
“La Presidencia Brasileña del G20 Igualdad de Género y Empoderamiento de la Reunión Ministerial de Mujeres señala que todos los miembros del grupo, excepto Argentina, estuvo de acuerdo con el contenido del siguiente texto”, se puede leer en el documento que confirma la disidencia.
El “no apoyo” de los representantes libertarios generó tal malestar, que una funcionaria de la Cancillería brasileña emitió una crítica tan ácida como inusual. “Cuando la extrema derecha avanza, las mujeres pierden. Argentina, único país del G20 que no se suma al consenso sobre igualdad de género. Presidencia brasileña firme en su posición de que la igualdad no es negociable”, publicó en su cuenta de X Vanessa Dolce de Faria, Alta Representante para Temas de Género del Ministerio de Relaciones Exteriores brasileño.
La dura reacción brasileña profundiza la constante tensión que hay entre Brasilia y Buenos Aires por presidentes que son el agua y el aceite en las formas y en el fondo, en las ideas y en el día a día de la gestión. Milei y Lula vienen teniendo una mala relación, equivalente a la que tuvieron antes Jair Bolsonaro con Alberto Fernández. Esos estilos y cosmovisiones diferentes siempre encuentran oportunidades para manifestarse. Y en el encuentro de Río, preparatorio del encuentro de presidentes del mes que viene, encontraron el escenario ideal.
Nahuel Sotelo, secretario de Culto y Civilización, respondió ante este anuncio: «El presidente fue claro, tiene que prevalecer el sentido común y la igualdad ante la ley. Todos estos inventos son tergiversaciones de buenas intenciones pero planes perversos».